Conoce la Iglesia de Santa Prisca en Taxco, Guerrero

Las vacaciones están cerca, muchos destinos te están esperando y en nuestro México Mágico las opciones son infinitas; si estás buscando un destino lleno de historia y calles coloniales, Taxco, Guerrero será la mejor opción.

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Este bellísimo pueblo mágico tiene muchísimas atracciones, pero la que cada año recibe millones de turistas, es la Iglesia de Santa Prisca en Taxco, Guerrero. Tras haber quedado en ruinas en el siglo XVI debido a que un rayo la incendió, Don José de la Borda decidió construir un nuevo templo, el cual serviría para que su hijo Manuel de la Borda, ordenado sacerdote, celebrara en un templo edificado por él. A pesar de su rápida edificación, se considera una de las joyas arquitectónicas barrocas novohispanas más importantes de México. El lugar donde fue levantado el templo de Santa Prisca, permite que se aprecie su arquitectura desde la ciudad de Taxco dese un ángulo superior, debido a que la ciudad se ubica en una pendiente.

En aquella época, Taxco fue una las minas más importantes de la Nueva España; incluso, desde años atrás, sus grandes yacimientos de plata, oro, estaño, hierro y otros minerales fueron lo que llamó la atención de grandes negociantes. José de la Borda, originario de Francia, llegó a Taxco por el año de 1716, formando al cabo de poco tiempo una gran fortuna, debido a que también se dedicó a trabajar minas en Zacatecas; para aquellos años, de la Borda fue considerado uno de los hombres más ricos de México y de todo el mundo. Cuando llegó el momento de alzar la iglesia de Santa Prisca, ya se había hecho de una gran influencia, de tal manera que le solicitó al gobierno la absoluta libertad en el diseño de la obra.

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Aunque su edificación inició en 1748, José de la Borda ganó la autorización del virrey el 12 de febrero de 1751 para la construcción del templo de Santa Prisca y posteriormente, el 23 de febrero recibió el permiso de las autoridades eclesiásticas durante el mismo año; terminándose de construir el 3 de septiembre de 1759 por don Manuel Antonio Rojo de Lubián y Vieyra, delegado por el arzobispado en México

Se dice que el arquitecto de la iglesia de Santa Prisca fue Cayetano de Sigüenza, apoyado por el arquitecto Diego Durán Barruecos. La iglesia de Santa Prisca, cuenta con nueve retablos que se trabajaron en madera y fueron recubiertos con hoja de oro. Su estilo forma una armonía perfecta en conjunto con el modelo arquitectónico barroco novohispano del siglo XVIII, su diseño estuvo a cargo de Isidoro Vicente de Balbás, quien también tuvo injerencia en la construcción de los retablos de la catedral metropolitana de la ciudad de México.

El retablo principal está dedicado a la Purísima Concepción, a Santa Prisca y a San Sebastián; siendo estos dos últimos los santos patronos de Taxco. Los retablos en las capillas del transepto del templo, están dedicados a la Virgen de Guadalupe y a la Virgen del Rosario; sin embargo, los temas centrales de la construcción son Santa Prisca, San Sebastián, evangelistas, las conchas que simbolizan el bautismo de Jesús, las hojas de laurel que representan el triunfo de la fe y las uvas que significan la sangre de Cristo. Como parte de la imagen, se encuentran pinturas como “el divino” de Miguel de Cabrera, artista oaxaqueño prominente del siglo XVII al que José de la Borda encomendó los cuadros que adornan la Iglesia de Santa Prisca.

Finalmente, los elementos que complementan el interior de Santa Prisca, es el órgano que domina la nave del coro, así como el púlpito desde el que se predican las misas; ambos elaborados con maderas preciosas y que se han conservado las piezas originales desde aquel entonces. Las pinturas durante los últimos años han sido restauradas, luciendo en excelente estado al día de hoy.

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