La vez que platiqué con un cliente muerto

Hola buenos días, mi nombre es Ricardo Orozco, voy a relatar brevemente lo que me pasó hace aproximadamente un mes y medio.

Hace exactamente un año, tuve un servicio con clientes que van cada año a Juquila, cabe mencionar que son muy devotos de la virgen de Juquila, para efectos prácticos del relato los identificaré como Sr. y la Sra. Méndez. Estuvimos en Juquila, pusimos una pancarta a la virgen y todo salió bien en esa ocasión, los clientes muy agradables y muy agradecidos.

Volví a tener servicio con ellos a mediados de este año, desafortunadamente la mamá de la señora había fallecido y me contrataron para llevarlos al panteón Jardines del Recuerdo en Tlanepantla, de igual forma en esa ocasión todo salió sin percances, se hicieron las ceremonias y los rezos correspondientes y alrededor de las 7 de la noche nos regresamos.

Ahora les voy a platicar lo bueno, porque apróximadamente hace un mes y medio, volvieron a contratarme, igual para volver al mismo panteón, como ya conozco su dirección, llegué directamente a su casa y me recibió el Sr. Mendez, nos saludamos con mucho gusto y familiaridad pues ya nos conocíamos, me dijo que iba a hablarle a sus esposa, sus hijas y sus cuñados para ya irnos, así que se retiró.

Al poco rato sale toda la familia y abordan la camioneta, dejé la puerta corrediza pues aún faltaba el Sr. Mendez pero nada que este saliera, al preguntarle a la Sra. Mendez si su esposo no nos acompañaría esta vez, ella reaccionó con sorpresa y me respondió: “Pero si ahora al que vamos a ver es a él”, a lo que yo le dije que cómo era posible si lo acababa de ver hace apenas unos minutos y le conté lo que acababa de pasar, que justamente él me recibió al abrir la puerta.

Ya se imaginarán como nos quedamos todos, porque les describí hasta cómo lo había visto vestido, el Sr. Mendez ya tenía un mes de muerto, me saqué mucho de onda pero continué la ruta normal, aunque yo me encontraba realmente muy asustado porque estoy seguro que lo que vi fue real.